Me cuesta decir lo que siento: ¿la terapia Gestalt puede ayudarme?

Hay momentos en los que sentimos mucho, pero no sabemos cómo ponerlo en palabras. Nos cuesta decir lo que nos pasa, lo que nos duele, lo que nos mueve. A veces no es que no queramos hablar, es que no sabemos cómo. Y eso puede generar frustración, incomodidad, incluso aislamiento.

Si te pasa esto, no estás sola o solo. Y sí: la terapia Gestalt puede ayudarte.

🌿 ¿Por qué cuesta tanto decir lo que sentimos?

Desde pequeños aprendemos a adaptarnos. A callar lo que incomoda. A decir lo que se espera. A veces, incluso, a no sentir. Nos desconectamos de lo que pasa dentro para sobrevivir fuera. Y con el tiempo, esa desconexión se vuelve costumbre.

En terapia Gestalt no se trata de analizar por qué te pasa. Se trata de sentirlo, de habitarlo, de ponerle cuerpo. Porque lo que no se dice, se queda dentro. Y lo que se queda dentro, pesa.

🌱 ¿Cómo trabaja esto la terapia Gestalt?

La Gestalt no busca que expliques lo que sientes. Busca que te des cuenta de lo que está pasando en ti, aquí y ahora. Que observes cómo se manifiesta en tu cuerpo, en tu respiración, en tus gestos, en tus silencios.

La conciencia plena de lo que sentimos, pensamos y hacemos es el primer paso hacia la transformación.

En sesión, no hay prisa. No hay juicio. Hay espacio para que lo que está bloqueado pueda expresarse. A veces con palabras. A veces con movimiento. A veces con una mirada. Y eso ya es empezar.

💬 ¿Qué pasa cuando empiezas a expresarte?

  • Empiezas a sentirte más ligera.
  • Dejas de esperar que los demás adivinen lo que necesitas.
  • Te reconoces en lo que dices.
  • Te escuchas con más claridad.
  • Te atreves a poner límites.
  • Te das permiso para sentir sin pedir perdón.

🧭 ¿Y si no sé por dónde empezar?

No hace falta tenerlo claro. Solo hace falta querer empezar. En Brava Gestalt, te acompaño desde la presencia, el respeto y el ritmo que tú necesites. No hay fórmulas. No hay presión. Solo un espacio para que empieces a escucharte.

✨ Si te cuesta decir lo que sientes, quizá este sea el momento de empezar a escucharte.
Puedes escribirme. Podemos empezar. Porque cuando algo dentro se mueve, ya estás en proceso.